miércoles, 11 de diciembre de 2013

María

Y ya van tres desde que no estás. Y no se que es peor saber que no estas o saber que no vas a volver jamás. -Sois muy fuertes- nos han dicho, pero ¿en que medida se tiene que ser fuerte en una situación así?.
Y hablamos de que no estás, pero aun así no es del todo cierto ... Estar, estás, en cada uno de nuestros corazones. En cada una de las gotas que se nos derramaron aquel día, y de otros tantos en los que te recordamos. Estas en cada beso en su frente, o en cada abrazo en nuestros reencuentros. Estas en la espuma del mar, y en la brisa del viento. Estas es cada frasco de colonia de nenuco y en cada suspiro de todos aquellos los que te recordamos día a día. Estas en cada llamarada de fuego en las hogueras de San Juan y estas en todas y cada unas de las personas que tienen el pelo rubio y rizado. Ni se imaginan la de veces que he perseguido a alguien que tuviese tu mismo pelo, creyendo que eras tu y que todo había sido una broma. No te imaginas la de veces que me he dado la vuelta al oler tu perfume, ni la de veces que te he oído en las voces de otras personas.
¡Y como te echamos de menos!


lunes, 11 de marzo de 2013

(( Mi yo ))

Andamos por la vida buscando la otra parte de nosotros mismos, la parte que nos complementa, e incluso como algunos la llaman: "La media naranja". Durante dieciocho años comprendí que todo eso que buscamos, eso que personas se pasan una vida para encontrar y no encuentran, es algo que solo poseemos pocas personas. Pocos tenemos el privilegio de encontrar, y encima de encontrar sin buscar, esa otra parte. Un día escuché como diferentes personas explicaban que era el amor, ¡ilusos!-dije yo. ¿Como saben que significa el amor, si ni la cuarta parte de esos tenían su parte complementaria? Esto de la parte complementaria se trata de un individuo que rellena lo que te falta, o simplemente, que es un tu, fuera de ti mismo.
Cierra los ojos e imagina por un momento que harías si tuvieses otro tu. Un tu todavía mejor, un tu positivo, alegre, e inconformista. Yo lo tengo, para mi, es el mejor yo que podría existir. Y no hablo de un yo cualquiera, no de esos que vienen y van, de esos que entran y salen; no, mi yo, siempre está.
Hablo de un yo que nunca falló a los encuentros, de un yo con momentos malos y buenos. Un yo que sabe mi historia de principio a fin, que lloró conmigo cuando tuvo que hacerlo y que ríe en cada reencuentro.


Esto no se trata de un día ni de dos, hablamos de un vida entera.  
                                                                                                                                         
                                                                                                                                            Te quiero     


sábado, 9 de febrero de 2013

El corazón.

Bajó la cabeza, y se vio en mil pedazos. Era ella la misma que aparecía en cada uno de esos pequeños y picudos trozos de cristal del suelo. Se agachó e intento recomponerlo, pero se cortó. Lo intentó de nuevo, y sus lagrimas lo impidieron, y una vez más lo volvió a intentar y un cristal faltó para que ella pusiese volver a amar.

domingo, 27 de enero de 2013

Solo los que no hablan se quedan con la boca abierta.

¿Te han hablado algo una vez sobre lo que es vivir en una isla? Algunos hablan de monotonía, otros de claustrofobia y otros ni siquiera hablan. Los de la monotonía, no se han parado a pensar todas las cosas que les quedan por descubrir sobre esta isla, los de la claustrofobia no han mirado al cielo una tarde en Famara, pero mis favoritos, sin duda alguna son los que no hablan. Estos son los que disfrutan, los que regresan a casa después de un largo día de trabajo y miran al cielo, los que salen bien temprano y contemplan el mar, o simplemente los que se han dado cuenta lo que es vivir en una isla. Solo los que no hablan son los que se quedan con la boca abierta.

viernes, 10 de agosto de 2012

Que si tu no vienes, entonces yo voy te lo aseguro.


                                         {{{Eres como el viento, no estás pero te siento}}}


jueves, 12 de julio de 2012

Los pequeños detalles ...

El otro día mientras daba uno de mis paseos matutinos, me encontré con un anciano en el banco del parque. Un señor quizás un poco recio a hablar con desconocidos, pero a mi me llamaba la atención. Podría estar hablando con los demás mayores en la puerta de la iglesia, pero no, él se había apartado y como agotado se sentó en el banco. Lo observe durante varios minutos, incluso llegué a pasar por allí más días. Nunca lo vi hablando con nadie, siempre tan bien sentado en el banco, observando el paso del tiempo, de la gente, quizás de la vida. Un día dispuesta a entablar una conversación con él me senté a su lado y casi como si formase parte de mi, lo miré y el me ignoró. Pensé quizás que era sordo, o mudo, o las dos cosas. Pero no, el no era nada de eso. Le di vueltas y vueltas, alomejor era que yo no le gustaba, o que era un viejo cascarrabias, pero no quise ponerle etiquetas, y tras varios minutos de silencio, él tosió. Pensé que era una buena oportunidad para comenzar una frase, o que me quería echar y no sabía como, así que me levanté y me fui en silencio. Tras andar unos pasos el viejo me gritó - Joven, ... Yo ilusionada lo miré fugazmente y él continuó -... se ha dejado usted aquí la chaqueta. Todas las esperanzas se me vinieron a bajo, y yo caminé hacia el banco y cogí mi chaqueta. El señor sacó de su bolsillo, un reloj y mirándome directamente a la mano sin mover ni siquiera un musculo me la cogió y me lo puso diciendo: -Últimamente andas un poco despistada, tanto que no sabes ni que hora es, ni siquiera sabes que vas a llegar tarde, y que aquel chico de la camiseta azul, lleva una semana entera mirándote, ni que la señora que va con él es su madre, y que tiene pensado pedirte una cita para esta noche, ni que no te va a dar tiempo de arreglarte... me gustaría seguir hablando contigo pero adelantate a todos esos acontecimientos y ponte guapa, lo mejor que tengas.. Después de una semana, yendo al parque no me había dado cuenta de todos esos detalles. Pero él, él si que lo había hecho. No sabía que responderle, me había quedado atónita mirándolo. + Y usted, ¿cómo sabe todo eso?. - No importa lo que yo se, corre prepárate no pierdas esta oportunidad, ni ninguna, vive cada día como si lo supieses todo de todos, sin consecuencias, sin amarres, se libre, pero siempre disfruta de cada momento. Y el anciano se levantó y se marchó sin decir nada más. Volví varios días para intentar buscarle una explicación a sus palabras y porque me las había dedicado a mi, pero permanecía en silencio observando, fijándose en los pequeño detalles.

martes, 12 de junio de 2012

Mamá.

Tras nueve meses de espera, y una larga noche de hospital entre el calor del mes de Agosto, ella con muchísimo amor y esfuerzo, y apoyo de papá, supo salir adelante. Durante la infancia, hizo todo lo necesario para que yo fuese como soy ahora. Normas, quizás estrictas pero muy útiles ahora mismo. Canciones, que me rompen el alma cuando las escucho de su voz, de su dulce y delicada voz, capaz de mecer a cualquier mosca que pase por delante. Abrazos que llenan el alma, y besos que te hacen tocar el cielo. Gracias a ella no me he convertido, bueno, nos hemos convertido en unas personas estupendas. Es tan especial, lo más especial de mi vida sin duda alguna. Cuando enfermo y me cuida. Cuando lloro, y me seca las lágrimas. Cuando me acuesto con ella, y me acaricia la cara hasta que me quede dormida. Cuando recordamos lo bien que nos lo pasábamos cuando eramos pequeñas mi hermana y yo. Se le llena la boca de orgullo cuando habla de nosotras, y eso me encanta. Y en las noches en las que se iba la luz jugábamos sin parar, para que no tuviésemos miedo. ¿Miedo?, si estoy con ellos nunca lo tengo. Lo tienen todo bajo control, no se les escapa ni el mínimo detalle. Son tan perfectos... Me encanta cuando estoy con ella a solas, y hablamos durante mucho tiempo como si no se moviese el reloj. Siempre ha estado, está y estará con nosotras. Es una gran persona dentro de un pequeño cuerpo, y con eso se parece a mi. Se le saltan las lágrimas cuando le hablan maravillas de nosotras, y siente que todo el trabajo que ha hecho, se le ve recompensado en esas palabras.
Mamá, muchas gracias.
Te quiero.